El presidente Javier Milei ha descubierto en la última semana que desentenderse de los temas económicos y políticos no los elimina, sino que puede convertirlos en fuentes de crisis mayores. Su aproximación, inicialmente marcada por el desprecio a la política tradicional y una postura de sobreactuación de rechazo, está atravesando un proceso de aprendizaje acelerado que podría marcar su gestión en los próximos meses.
Conflicto interno y la dinámica teatral
Una de las señales recientes fue la internacionalidad en las disputas internas del oficialismo, particularmente entre Santiago Caputo y los Menem (Martín y Eduardo «Lule»). La disputa, que en apariencia parece un teatro político con toques de farsa y sainete, expuso una fractura significativa que puede desestabilizar la estructura de poder del oficialismo. La tensión alcanzó niveles que implicaron bloqueos en WhatsApp y un clima de confrontación abierta.
Reconocimiento y gestión de los problemas económicos
Al mismo tiempo, el gobierno, que parecía haber estado en una postura de silencio estratégico, empezó a admitir que hay problemas económicos que requieren atención. En la práctica, esto implica que Milei y su equipo han comenzado a reconocer que las medidas unilaterales y la retórica de sobreactuación no bastan para resolver la falta de control sobre la economía.
Otros elementos de la escena política
- El encuentro con gobernadores: La convocatoria a los mandatarios peronistas por parte de Gustavo Sáenz para discutir el libre mercado refleja la intención del gobierno de recuperar control y consenso.
- Las elecciones en la provincia de Buenos Aires: Se observan movimientos en las candidaturas, con figuras como Diego Santilli, Julio Zamora y otros actores que buscan definir sus posiciones en un escenario cada vez más competitivo y fragmentado.
- La economía en marcha: El dólar mostró un sprint alcista en julio, acercándose a niveles de máximo histórico, en un contexto de alta liquidación de dólares del agro, pese a las restricciones existentes. La consulta de expertos sugiere que la economía opera, en la práctica, como si los cepos no existieran, por la demanda creciente de dólares entre productores y exportadores.
Perspectivas y desafíos futuros
El reconocimiento de los problemas económicos y las tensiones políticas internas marcan un nacional escenario de incertidumbre. La gestión de Milei, que transita por una curva de aprendizaje acelerado, tendrá que resolver estos dilemas con estrategias que incluyen negociaciones con gobernadores, ajustes en políticas económicas y una posible redefinición de su relación con los actores tradicionales del sistema.
El margen de maniobra del gobierno será clave en las próximas semanas, dado que la estabilidad política y económica requiere de medidas coordinadas y una comunicación efectiva para reducir la volatilidad y la incertidumbre.