Homo Argentum, la última producción de los cineastas Mariano Cohn y Gastón Duprat, ha generado opiniones divididas desde su estreno en salas de cine. La película, protagonizada por Guillermo Francella en 16 mini historias autónomas, intenta ofrecer una mirada satírica y crítica a diversas facetas de la sociedad argentina. Sin embargo, su recepción ha sido mayoritariamente negativa, debido a un enfoque que muchos califican como falto de gracia y de un hilo conductor potente.
Una estructura de relatos que intenta reflejar la ‘arquetipo del ser nacional’
El film presenta dieciséis fragmentos cortos, cada uno abordando aspectos diferentes de la vida en Argentina, desde lo cotidiano hasta lo absurdo. La intención de los directores fue construir un retrato diverso y plural de la comunidad, con relatos que exploran las zonas más oscuras y contradictorias del país. Aunque algunos segmentos logran captar cierto tono mordaz, la mayoría carece de la fuerza necesaria para sostener la atención del espectador y transmitir una reflexión profunda.
El papel de Guillermo Francella: un despliegue actoral variado pero desigual
Guillermo Francella, reconocido por su talento y versatilidad, encarna diferentes personajes en esta propuesta. Con maquillaje y prótesis, el actor logra definir perfiles diversos, que van desde un vigilante hasta un cura villero, pasando por un director de cine y un anciano tilingo. A pesar del esfuerzo, algunos críticos señalan que la interpretación no logra superar la falta de ritmo y la previsibilidad en muchos de los relatos, lo que resta impacto a su labor.
La influencia del cine italiano y el formato de historias independientes
Homo Argentum se inspira en clásicos del cine europeo, particularmente en la serie de Costa-Gavras y en filmes como Los Monstruos, de Dino Risi. El homenaje al cine italiano de los años 60 busca reflejar una mirada ácida y humorística de la sociedad, pero en la práctica, el resultado se percibe como una serie de sketches que no logran cohesionar un discurso unificado y crítico.
Críticas y problemas en su desarrollo
Las opiniones acerca del film apuntan a su falta de ritmo y escasa tensión narrativa. Algunos relatos, como el del abuelo tilingo o el del relator de fútbol, parecen diseñados con un afán de cantidad más que de calidad, resultando en momentos predecibles y poco ingeniosos. Además, la presencia excesiva de marcas comerciales y cameos muta en un elemento distractor que satura la pantalla y reduce la credibilidad del mensaje.
¿Funciona como sátira social o simplemente es un producto fallido?
La intención de Cohn y Duprat era ofrecer una crítica social aguda, comparable a la influencia del cine neorrealista italiano. Sin embargo, muchos espectadores y críticos consideran que Homo Argentum no alcanza esa profundidad y, en cambio, resulta en una colección de ideas dispersas y poco originales. La película también enfrenta el debate sobre qué tipo de cine quiere ver la audiencia argentina y si los relatos breves logran captar la esencia del país.
Conclusión: un intento fallido de retratar a la Argentina
Más allá de la intención de ofrecer una mirada irónica y mordaz, Homo Argentum se revela como un prototipo falto de gracia y contundencia. El elenco, liderado por un Guillermo Francella que da lo mejor de sí, no logra salvar un proyecto que, en sus mejores momentos, no deja de ser una colección de sketches predecibles y poco reflexivos. La apuesta de rehacer el modelo de la comedia italiana, sin la misma agudeza, termina por dejar una impresión de desigualdad y falta de cohesión.