En Miami, conseguir productos oficiales del Mundial de Clubes es casi imposible. La ciudad, aunque sede del torneo, no muestra interés ni en las tiendas ni en las calles, donde la presencia del fútbol internacional es prácticamente invisible.
La ausencia de merchandising y el escaso conocimiento sobre los partidos reflejan la poca penetración del deporte en la cultura local, dominada por el baloncesto, béisbol y fútbol americano. Los comerciantes, como muchos en la ciudad, dejan en claro que no ven mercado en artículos relacionados con el torneo, limitándose a vender artículos de Messi en algunas tiendas, pero sin promover su significado.
Las calles de Miami revelan un perfil distinto: la mayoría de los residentes no conoce ni se interesa por el Mundial de Clubes y no busca souvenirs relacionados. La presencia argentina y latinoamericana en los estadios y en las calles contrasta con el desinterés generalizado, dejando claro que el torneo, pese a su alcance global, aún no logra calar en la cultura deportiva de la ciudad.