También conocido como masaje corporal completo, el masaje sueco es la técnica más conocida y practicada en nuestro país. Este tipo de masaje es descontracturante y relajante, y ayuda a aliviar la tensión muscular, mejorando la flexibilidad de quienes lo reciben. Su origen se remonta a Suecia a fines del siglo XIX, donde fue desarrollado por el médico Pehr Henrik Ling, quien creía firmemente en los beneficios del masaje para aliviar el estrés y la tensión física.
Ling, influenciado por su propia experiencia con una parálisis, utilizó la esgrima como parte de su terapia. Posteriormente, se especializó en gimnasia medicinal, integrando técnicas de masaje de diversas culturas y fundando el Instituto Central Real de Gimnasia, donde difundió el método del masaje sueco. Esta técnica se caracteriza por movimientos largos y fluidos aplicados sobre la piel, utilizando aceite o crema para facilitar su ejecución.
Los especialistas, como Vanesa Martínez y Mónica Albarracín, destacan que el masaje sueco no solo es ideal para quienes buscan relajarse y reducir el estrés, sino también para quienes padecen tensión muscular o dolores crónicos. Además, el masaje puede contribuir a restablecer la circulación, aliviar contracturas y mejorar la calidad del sueño. Es una práctica accesible y no invasiva, adecuada para personas de todas las edades. En una sesión típica, los terapeutas evalúan las áreas de tensión y adaptan el masaje a las necesidades individuales, proporcionando una experiencia única que ofrece no solo alivio físico, sino también bienestar mental.