¿Querés vivir sin inflamación y mejorar tu calidad de vida? Si la respuesta es afirmativa (y debería serlo), leé atentamente esta nota. Aunque pueda sonar un poco traído de los pelos, la salud bucal tiene incidencia sobre la inflamación. La inflamación crónica es una respuesta inmunitaria prolongada y de bajo grado que puede dañar tejidos y órganos con el tiempo, vinculada a enfermedades como diabetes, cardiopatías, artritis e incluso cáncer.
A diferencia de la inflamación aguda, que es temporal y se presenta tras una lesión, la inflamación crónica persiste por meses o incluso años. Muchas veces, no tiene síntomas evidentes hasta que se agrava la situación. La salud bucal juega un papel crucial; cepillar los dientes diariamente y usar hilo dental son prácticas esenciales. El sangrado de encías no solo indica inflamación local, sino que puede liberar bacterias al organismo, predisponiendo a diversas enfermedades graves.
La periodontitis es una enfermedad clave que ilustra esta situación. Con síntomas como el sangrado al cepillarse, puede acortar la vida y aumentar riesgos de enfermedades cardiovasculares y otros problemas serios. Es vital confirmar la salud de nuestras encías con un periodoncista y adoptar una alimentación rica en verduras, probar alimentos fermentados y evitar el estrés, el tabaco y el sedentarismo. Mantener las encías sanas no solo evita la pérdida de dientes, sino que también disminuye el riesgo de enfermedades graves.