La Argentina enfrenta una grave crisis sanitaria y política debido a la ola de muertes por fentanilo contaminado, que ha puesto a las autoridades en el centro de la escena política y social. El jueves, en la Casa Rosada, se realizó una reunión de urgencia con la finalidad de gestionar el impacto de la tragedia en la campaña electoral y definir acciones para evitar que la crisis afecte la imagen del gobierno en un contexto clave de elecciones.
La crisis del fentanilo y el abordaje político
El estado de alarma se acentuó tras conocerse que al menos 100 personas murieron por consumo de fentanilo contaminado. La grave situación está considerada como la peor crisis sanitaria en la historia argentina, según la oposición, que responsabiliza a los organismos reguladores y al laboratorio Ramallo del grupo HLB Pharma.
Factores políticos y mediáticos en juego
Durante la reunión, participaron el ministro de Salud, Mario Lugones, junto a figuras políticas como Karina Milei y Santiago Caputo. La estrategia central fue buscar una salida política que permita desviarlas acusaciones y mantener la unidad electoral en medio de la confrontación preelectoral. La tensión es evidente, dado que la intervención se orientó a proteger la imagen de quienes intentan mantener la campaña en marcha, incluso si ello requiere una manipulación discursiva.
El papel de Milei y las acusaciones
En ese contexto, la figura de Javier Milei tomó protagonismo, ya que durante el acto en La Plata, el candidato buscó vincular al kirchnerismo y a Axel Kicillof con la red de distribución del fentanilo dirigida por Furfaro. Además, la estrategia incluyó la difusión de mensajes en redes sociales que buscan alimentar una narrativa de culpabilización a sus opositores políticos, generando mayor tensión en el escenario político.
Conflictos internos y amenazas públicas
El ministro Lugones, quien ha intentado mantener un perfil bajo, fue duramente criticado tras sus declaraciones que vincularon a la ANMAT con fallos en el control del fentanilo. La polémica escaló cuando Federico Sturzenegger realizó declaraciones internas que generaron una crisis en el Gabinete, sumando tensión a la ya complicada situación.
Impugnaciones y acciones judiciales
La disputa se extendió al ámbito legal, con la amenaza de recusar al juez Ernesto Kreplak por supuestos vínculos con el ministro Kicillof, lo que evidencia la intensidad de la confrontación política y judicial en torno a la gestión de la crisis. En medio de esto, el gobierno y la oposición continúan enfrentando acusaciones cruzadas, mientras el país intenta hacer frente a una tragedia humanitaria sin precedentes.