La presidenta y los análisis recientes muestran que el gobierno de Javier Milei atraviesa una fase *sumamente crítica*, marcada por pérdidas políticas, un contexto económico difícil y una creciente *oposición social*. La situación actual, caracterizada por derrotas electorales, deterioro en los mercados y una profunda crisis de gobernabilidad, anuncia un escenario de alta inestabilidad política en Argentina.
El fin del ciclo de Milei y la crisis política
El gobierno de Milei, que se presentó con una agenda revolucionaria a favor del capital financiero, enfrenta una serie de derrotas en diferentes frentes políticos y económicos. La baja en la confianza del gran capital, la pérdida de apoyo político y las megadeudas en dólares y pesos, generan un escenario donde la *gobernabilidad* se ve en duda y la *estabilidad* del país aparece en jaque.
La condicón política actual
Tras las elecciones del 7 de septiembre, que marcaron una derrota importante para Milei, el escenario político se ha vuelto aún más convulso. La pérdida de apoyo dentro del Congreso, junto con las derrotas en el Senado y en las cámaras legislativas, así como las movilizaciones masivas en contra de los vetos presidenciales, muestran un debilitamiento evidente del oficialismo.
Situación económica y financiera
El *riesgo país* superó los 1400 puntos y los bonos en dólares registran caídas consecutivas. La fuga de capitales, la caída de las reservas del Banco Central y la fuerte intervención en el mercado cambiario reflejan un escenario de *crisis económica aguda* y una potencial *devaluación* de la moneda nacional, que agrava el malestar social y refuerza las dificultades del gobierno para gestionar los recursos del país.
Factores internos y externos que agravan la crisis
- Desgaste político y pérdida de apoyo: La oposición interna, la insatisfacción social y la pérdida de credibilidad internacional complican aún más la gestión del gobierno Milei.
- Deuda y sostenibilidad fiscal: Los vencimientos en dólares, con montos superiores a los USD 28.000 millones en los próximos años, generan un escenario de default o reestructuración que profundiza la crisis.
- Factores internacionales: La situación global, con tasas de interés elevadas, inflación internacional y tensiones geopolíticas, limita las posibilidades de auxilio externo y complica la recuperación económica.
Potencial de movilización y crisis social
La creciente oposición social, movilizaciones espontáneas y las protestas contra las políticas de ajuste y austeridad, indican que el *clima social* está en ebullición. La posibilidad de que la crisis se torne *prerrevolucionaria* aumenta, así como el riesgo de desbordes y solución de continuidad en la estabilidad general del Estado.
El papel de la oposición y los sectores en lucha
El *peronismo* y los movimientos sociales intentan capitalizar el descontento para consolidar una estrategia de recuperación política que pueda desembocar en una fórmula electoral alternativa para 2027. La figura de Axel Kicillof, entre otros, se presenta como un posible referente con capacidad para sumar votos y movilizar a las bases populares, en un escenario donde la *polarización* se profundiza y la **crisis del país burgués** se agudiza.
Perspectivas futuras y posibles escenarios
El panorama indica que, a menos que haya una reconfiguración profunda y una reorganización de las fuerzas políticas y sociales, el país continuará enfrentando graves dificultades. Se vislumbra la posibilidad de una *reestructuración de deuda*, una devaluación mayor o incluso un *default*, si la crisis económica y política no se estabiliza.
Para enfrentar este escenario, desde sectores del Frente de Izquierda y otros movimientos populares se propone un programa para que los grandes capitalistas y quienes han saqueado el país asuman la crisis, mientras el pueblo trabajador organiza su resistencia y lucha por reformas estructurales que permitan una salida soberana y socialista a la crisis.
Conclusión: un escenario de inestabilidad con altas probabilidades de cambios drásticos
La situación política en Argentina se encuentra en un momento de *ruptura y de alta tensión*. La desconfianza en las instituciones, la crisis económica y la movilización social abren un período de incertidumbre que podría desembocar en una transformación radical del sistema político y económico. El desafío para las fuerzas populares radica en organizarse y fortalecer una alternativa que ponga los intereses de las mayorías en el centro del proceso político.