Francia, históricamente conocida por su enfoque de libre mercado y políticas de laissez faire, ha dado un giro en su estrategia. La Asamblea Nacional aprobó unánimemente la ley conocida como «Anti-Shein», que busca regular la industria de la fast fashion y proteger la producción textil local frente a la creciente presión de las importaciones chinas.
Régimen de regulación en Francia
Este proyecto tiene como objetivo fomentar un modelo más sostenible y responder a una emergencia ambiental. La ley incorpora penalizaciones y bonificaciones, además de establecer restricciones en la publicidad y colaboraciones con influencers, para disminuir el impacto de la moda ultrarrápida en el medio ambiente y la economía local.
¿Qué es la moda ultrarrápida?
Se define como aquella que lanzan una gran cantidad de modelos en constantes renovaciones. El texto legislativo también establece los alcances y características del modelo, en el que plataformas como Shein y Temu ganan protagonismo en el mercado internacional, incluyendo su ingreso en Argentina.
Impacto ambiental y producción
Según la Agencia Francesa para la Transición Ecológica, cada año se venden más de 100 mil millones de prendas, con un crecimiento exponencial en las últimas décadas. La producción de ropa, especialmente la de poliéster y algodón, genera altas emisiones de gases de efecto invernadero y excesivo uso de pesticidas y petróleo.
Además, en Argentina, plataformas como Shein y Temu implementan estrategias de dark patterns para manipular a los usuarios y aumentar sus compras, generando controversia y preocupación sobre la ética en el comercio digital.
Controversias y desafíos de la regulación en Francia y Argentina
Mientras que en Francia el consenso apunta a proteger la industria y el medio ambiente, en Argentina todavía hay debates sobre los costos económicos y el acceso de sectores de bajos ingresos. Algunos sectores argumentan que la regulación afectaría al poder adquisitivo, pero estudios indican que la mayoría de los consumidores de plataformas ultrarrápidas pertenecen a clases medias superiores.
Las voces industriales argentinas señalan que la elevada importación de prendas extranjeras impide que la producción local sea competitiva. El incremento del mercado externo y los bajos costos en países con subsidios y menores cargas impositivas desplazan a los productores nacionales, que enfrentan una cadena de costos elevadísimos.
Implicaciones futuras y movilización del sector textil argentino
Organizaciones como la Fundación ProTejer proponen que Argentina adopte medidas similares a Francia, incluyendo controles ambientales, aranceles y niveles de toxicidad en los productos. El sector busca frenar la fuga de consumidores hacia importados baratos y proteger la industria nacional, creando un esquema que valore la producción local para garantizar fuentes de trabajo y sostenibilidad.