La estrategia de flotación del peso y la política de aumento de encajes en Argentina muestran signos de fragilidad, tras un traspié en las licitaciones de deuda y una significativa caída en los mercados bursátiles. La acción del Banco Central y las medidas económicas responden a la necesidad del gobierno de controlar la fuga de capitales y la inflación, ante un escenario de gran incertidumbre política y restricción fiscal.
El traspié en la licitación de deuda y la respuesta del gobierno
El miércoles pasado, la última licitación de deuda del Tesoro logró solo un rollover del 61 por ciento de los 15 billones de pesos que vencían. Solo se consiguieron captar 9,1 billones, dejando un excedente significativo que el Ministerio de Economía busca esterilizar mediante nuevos instrumentos y aumento de encajes.
Medidas de control y aumento de encajes
Desde el lunes, el Banco Central implementó una serie de cambios en las tasas de encaje, elevándolas en 5 puntos porcentuales y eliminando el cálculo por promedio mensual. La medida tiene como objetivo absorber pesos y evitar nuevas presiones sobre el dólar, pero también reaviva la bicicleta financiera y el atractivo de las rentabilidades en moneda local.
Respuesta del mercado y impacto económico
El mercado financiero reaccionó con pesimismo. Las acciones en la bolsa cayeron un 4,4 por ciento en pesos, y bonos en dólares retrocedieron hasta 0,8 por ciento. Las cotizaciones del dólar en distintas modalidades también mostraron retrocesos, pero la incertidumbre política y económica continúa afectando la confianza de los inversores.
El debate y las declaraciones de los analistas
Economistas advierten que las medidas contractivas del Banco Central podrían reducir la actividad económica y aumentar la volatilidad. La tensión política y la falta de un instrumento estabilizador generan un clima de incertidumbre en los mercados, que permanecen en modo cautela, con altas tasas de interés y dólar estable.
Perspectivas y desafíos futuros
El esquema implementado para esta semana sugiere que los bancos suscribirán bonos del Tesoro para cumplir con los encajes en el Banco Central, en una estrategia que, para el Gobierno, busca evitar que los pesos se vuelquen al dólar. Sin embargo, la fragilidad del sistema financiero y la incertidumbre política evidencian la dificultad de mantener la estabilidad en un contexto de alta tensión macroeconómica y electoral.