El enfrentamiento que ocurrió durante el partido de Aldosivi ante Newell’s en el estadio Mundialista refleja la persistente problemática de las barras bravas en el fútbol argentino. La rivalidad y las disputas internas por el control de las tribunas generan episodios de violencia que complican la seguridad en los estadios y afectan la imagen del deporte.
Antecedentes del conflicto en Aldosivi
La historia de la barra de Aldosivi está marcada por enfrentamientos y luchas internas por el poder. Desde agosto de 2022, cuando varios autos de jugadores fueron incendiados en la ciudad, las tensiones entre facciones rivales se intensificaron. La facción Plaza Italia, liderada por Luis el Indio Coman, y la de Nuevo Golf, bajo el mando de Carlos Juárez, conocido como Kiu, representan los principales bandos en esta disputa sangrienta.
Un enfrentamiento violento en el estadio
El pasado sábado, en el marco del partido contra Newell’s, las fracciones rivales se enfrentaron en una pelea que quedó registrada y circula en todo el mundo. Según informes, un miembro de la barra oficial, liderada por Coman, sacó un cuchillo y atacó a sus oponentes, dejando a uno de ellos gravemente herido. Aunque la justicia no detuvo a ninguno en ese momento, las pruebas son contundentes y se inició una causa por lesiones leves agravadas en el ámbito deportivo.
Historia de violencia y control de las barras
La violencia en la barra de Aldosivi tiene raíces profundas, con episodios que incluyen enfrentamientos armados, quema de propiedades, balaceras en espacios públicos y ataques a sus propios líderes y rivales. La disputa por el control de la tribuna también involucra la venta ilegal de drogas, que ha sido un sustento económico para estos grupos.
El papel de Luis el Indio Coman y el poder en las tribunas
Desde hace años, Coman mantiene un fuerte dominio en la tribuna del equipo y controló las principales facciones. Durante la última década, su influencia ha sido tal que la policía, la dirigencia y los políticos conversan con él respecto a incidentes en el estadio, otorgándole un poder que supera a la autoridad deportiva y judicial. La llegada de Coman a juicio y su acuerdo económico, que le permitió evitar la cárcel, fortalecieron aún más su posición.