En uno de los resultados electorales más contundentes de las últimas décadas, el oficialismo liderado por Gildo Insfrán conquistó las elecciones en Formosa con una diferencia significativa. Con más del 62% del escrutinio, el Partido Justicialista obtuvo más del 67% de los votos en las categorías de diputados provinciales y convencionales constituyentes, consolidando su dominio político en la provincia. La elección, que incluyó la selección de 15 legisladores, ocho suplentes y 30 convencionales, se dio en un marco de baja participación, aún así, la victoria fue claramente favorable al oficialismo, que busca extender su liderazgo tras casi 30 años en el poder.
Las elecciones tuvieron lugar en un contexto en el que las irregularidades y los cuestionamientos a la ley de Lemas, estructura electoral usada en la provincia desde 1987, no impidieron que el responsable de la provincia siga consolidando su presencia en la política local. La ley de Lemas permite que los votos de los sublemas internos se sumen al total del lema mayor y, en esta elección, la fórmula oficialista fue la que cosechó la mayor cantidad de apoyos. Entre los candidatos ganadores se destacan figuras como Agustín Samaniego y Rodrigo Vera, que además formaron parte de la lista de convencionales. La elección será un paso más en la estrategia de Insfrán de mantener su influencia en la provincia pese al fallo de la Corte Suprema que limita su reelección indefinida.
Los resultados marcan un respaldo claro al oficialismo, que a pesar de la baja participación, logra consolidar su control territorial y político. La ley de Lemas, todavía vigente en la provincia, permitió que el sistema de doble voto simultáneo y acumulativo favoreciera a los candidatos del Partido Justicialista, que sigue sosteniendo su hegemonía en Formosa. La jornada electoral refleja también las particularidades del sistema, que favorece los acuerdos internos y la concentración del poder. Mientras tanto, la oposición continúa buscando estrategias para fiscales y candidatos que puedan disputar la influencia del oficialismo en futuros procesos electorales, que seguramente seguirán marcando la agenda política de la provincia y del país.