El gobierno de Javier Milei avanza en un plan estratégico para fortalecer la presencia militar argentina en el mundo, y el ministro de Defensa, Luis Petri, ha tomado la delantera en esta iniciativa. En una reciente visita a Copenhague, Petri firmó un memorándum de entendimiento con su homólogo danés, Troels Lund Poulsen, que dio luz verde a la apertura de una Agregaduría de Defensa en Dinamarca. Este paso se enmarca en un esfuerzo más amplio por parte del gobierno para realinear las prioridades militares con la política exterior del país, en un contexto internacional marcado por crecientes tensiones, especialmente entre Irán e Israel.
Petri subrayó que el nuevo enfoque busca fortalecer las relaciones diplomáticas con “países amigos” y mejorar la colaboración internacional en defensa, con el objetivo de ser actores más relevantes en la seguridad global. En comparación con la administración de Alberto Fernández, que cerró varias agregadurías militares en Venezuela, Cuba y Bolivia, esta iniciativa apunta a revitalizar la red de representaciones en el exterior, destacando que Argentina cuenta actualmente con unos 35 agregados de Defensa desplegados en 21 países y en la ONU.
Dicha estrategia también implica una mayor inversión en equipamiento militar, destacándose la compra de aviones de combate F-16, que reforzarán la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas argentinas. Esta adquisición representa un desembolso de 650 millones de dólares y se anticipa que las primeras unidades lleguen en diciembre. La apertura de nuevas agregadurías de Defensa es vista por el gobierno como crucial para dejar atrás un período de aislamiento internacional y asumir un rol protagónico como garantes de la paz, apuntando a una modernización efectiva de las capacidades militares argentinas.