La vida a veces tiene sorpresas y es mejor dejarse llevar, más cuando se trata del amor de una mascota. Eso le pasó a Rocía H., quien no tenía planes de adoptar un nuevo compañero, dado que todavía lloraba la pérdida de Whiskey y la idea de llenar ese vacío con otro perro le parecía imposible. Sin embargo, todo cambió una tarde mientras miraba historias en Instagram. Una publicación captó su atención al instante: un cachorro de pelaje dorado, ojos brillantes y una sonrisa irresistible buscaba un hogar.
“Cuando vi su carita sentí algo muy fuerte. Fue como una corazonada. Me enamoré al instante”, contó en diálogo con The Dodo. Aunque al principio dudó sobre si iba a poder hacerse cargo del animal, no dejaba de pensar en él y volvía a mirar la foto una y otra vez. Después de mucho pensarlo, se animó y envió una consulta a la organización Canhijos TJ, y a las pocas horas recibió la llamada que le cambiaría su vida para siempre.
Desde la organización le confirmaron que había sido preseleccionada para adoptar a Quesito, el nombre que le habían dado al cachorrito. Durante la entrevista, Yarha, una de las integrantes de la organización, le compartió un dato inesperado: el perrito tenía un vínculo fuerte con uno de sus hermanos, Limón. Aunque Rocía dudó, al ver la foto de Limón, su corazón se derritió de amor y decidió adoptar a los dos. Juntos en su nuevo hogar, se mostraron inseparables y además de llenar de amor su casa, se convirtieron en compañeros emocionales de los pacientes de la madre de Rocía, quien es terapeuta.