Tras los 50 años, muchas personas experimentan pérdida de masa muscular, cansancio y menor rendimiento físico. Para enfrentar estos cambios, los suplementos de potasio, magnesio y colágeno se han convertido en opciones populares, acompañados siempre de una evaluación médica previa que determine su necesidad y dosificación adecuada.
Expertos como Daniela Bertelotti y Mónica Cristina destacan que estos complementos pueden ser útiles, especialmente en contextos específicos como enfermedades, dietas restrictivas o demandas físicas elevadas. Sin embargo, aclaran que los suplementos no reemplazan hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y actividad física constante. La clave está en analizar cada caso individual para determinar si realmente son necesarios y en qué cantidad, evitando así riesgos por un uso indiscriminado.
El colágeno, proteína estructural esencial en la piel, huesos y articulaciones, tiende a disminuir con la edad, afectando la elasticidad y la firmeza. Los suplementos de colágeno pueden apoyar en casos de desgaste articular y envejecimiento de la piel, aunque su absorción y efecto varían según cada organismo. Asimismo, el magnesio y el potasio cumplen funciones fundamentales en la contracción muscular, transmisión nerviosa y salud cardiovascular. La ingesta de estos minerales debe ajustarse a las necesidades individuales y siempre bajo control médico para evitar excesos. La recomendación general es priorizar una dieta rica en alimentos naturales y realizar chequeos periódicos para mantener una salud óptima en esta etapa de la vida.