La tradición de los ñoquis en Argentina tiene raíces italianas que se remontan a siglos atrás, popularizada por inmigrantes que hicieron del plato un ritual amado en muchos hogares. Se dice que la costumbre de comer ñoquis cada 29 de julio surge de una leyenda sobre San Pantaleón, quien predijo la buena fortuna después de ser alimentado por una familia de pescadores. Desde entonces, los ñoquis han sido un plato esencial en la gastronomía local, especialmente simbolizando la unión y la familia.
Cada chef tiene su estilo único para preparar estos pequeños dumplings de papa y harina. Por ejemplo, Martín Bulcovich sugiere una receta que combina puré de papas con queso parmesano y una suave salsa fileto. La clave está en conseguir una masa homogénea y cocinar los ñoquis en agua hirviendo por solo dos minutos antes de mezclarlos con la salsa caliente. Sebastián Levy Daniel, por su parte, prepara ñoquis Malfatti, utilizando espinacas y ricota, que se hierven y se sirven con salsa de tomate caliente.
Camila Pérez presenta su versión de ñoquis soufflé, creando una masa ligera y esponjosa que se cocina brevemente antes de dorarse en una sartén. En otra creación, los chefs Valentina Avecilla y Jean-Baptiste Pilou ofrecen ñoquis de castañas acompañados de un cremoso coulis de zapallo. Finalmente, Daniele Pinna sorprende con ñoquis clásicos servidos con una exquisita salsa de jabalí, resaltando el sabor robusto de la carne en combinación con el toque delicado de las pastas. Esta diversidad de recetas ilustra que, aunque la tradición está presente, la creatividad en la cocina no tiene límites.