Río de Janeiro, conocida como la Ciudad Maravillosa, atrae a millones de visitantes anualmente no solo por sus impresionantes playas y su famoso carnaval, sino también por su rica oferta cultural que a menudo pasa desapercibida. La historia de la ciudad, que fue la capital de Brasil hasta 1960, ha dejado un legado visible en su arquitectura y tradiciones. Cada rincón de Río ofrece un vistazo a su pasado y su vibrante vida actual, lo que la convierte en un destino fascinante más allá del sol y el mar.
Uno de los tesoros ocultos de la ciudad es el Monasterio de São Bento, fundado en 1590, donde los visitantes pueden maravillarse con su interior revestido en dorado y asistir a misas en un entorno de serenidad. La experiencia se complementa con vistas deslumbrantes del puente que conecta Río con Niterói. Otro lugar icónico es la Confitería Colombo, un elegante café de 1894 que invita a experimentar la historia de la ciudad mientras disfruta de exquisitas delicias portuguesas en un ambiente que evoca la belle époque.
La cultura literaria de Río también se manifiesta en el Real Gabinete Portugués de Lectura, considerado una de las bibliotecas más bellas del mundo, con su impresionante arquitectura neomanuelina y su extensa colección de libros. No se puede pasar por alto el Museo de Arte de Río (MAR), que ofrece una visión comprensiva de la historia y el arte brasileño en un entorno histórico. Para quienes buscan un contacto con la naturaleza, el Jardín Botánico y el Parque Lage proporcionan espacios de relajación y belleza, rodeados de vegetación exuberante, muy distintos a la bulliciosa orla de las playas. En resumen, explorar Río de Janeiro es descubrir una ciudad llena de vida, historias y lugares que invitan a ser visitados más allá de los clichés habituales.