Una vida marcada por la resistencia
Hace casi 20 años, Alejandro Stahoski fue diagnosticado con cáncer y desde entonces ha enfrentado múltiples tratamientos, recaídas y desafíos que parecen desafiar la lógica médica. Su historia es un ejemplo de resistencia y actitud positiva frente a la adversidad, y ha logrado alcanzar metas tan significativas como graduarse en varias carreras y participar en campeonatos mundiales de deportistas trasplantados.
El diagnóstico y el impacto inicial
En noviembre de 2006, a los 19 años, Alejandro descubrió una «pelota» debajo de su mentón, lo que lo llevó a realizarse análisis que finalmente diagnosticaron un linfoma de Hodgkin. La noticia fue devastadora, pero se enfocó en la necesidad de enfrentar la enfermedad con coraje y determinación. Sus primeros pasos incluyeron un intenso ciclo de quimioterapia y, posteriormente, un trasplante de médula ósea, en un proceso que exigió un gran esfuerzo físico y emocional.
Desafíos y recaídas
El camino de Alejandro no fue lineal. En diciembre de 2010, recibió la noticia de su primera recaída tras el trasplante, lo que supuso un golpe anímico. Sin embargo, lejos de rendirse, decidió luchar con más fuerzas, continuar con sus estudios y promover la donación de médula ósea, un tema que se convirtió en una causa personal para él.
Resistencia excepcional y tratamientos innovadores
Con el tiempo, los médicos descubrieron que Alejandro presentaba un caso raro de resistencia a todos los tratamientos tradicionales. Esta resistencia, que fue descubierta con el paso de los años, no impidió que él mantuviera una excelente calidad de vida. Uno de los momentos más críticos ocurrió cuando una medicación le provocó una parálisis temporal en piernas y brazos, la cual logró revertir tras suspender el medicamento y retomar la actividad física.
Un ejemplo de fortaleza y espíritu de superación
Su historia de vida refleja un espíritu de guerrero, luchando día a día y disfrutando de pequeños grandes momentos, como recibir títulos académicos, viajar y participar en competencias internacionales. Además, encontró en el amor un pilar fundamental: Yessica, su esposa, quien lo acompañó desde el encierro de los tratamientos y hoy comparte su vida junto a su hija Sofía Milagros, una motivación y alegría constante para él.
Participación en eventos deportivos internacionales
Alejandro considera que su participación en eventos deportivos, como los Juegos Nacionales y Latinoamericanos para deportistas trasplantados, y el Mundial de 2015 en Mar del Plata, le permitieron experimentar momentos únicos. Allí, conoció a otros guerreros que, como él, enfrentan el cáncer con valentía y esperanza. Estos encuentros fortalecieron su espíritu y reafirmaron su deseo de seguir ayudando a concientizar sobre la donación de médula ósea.
Tratamiento actual y perspectivas futuras
En 2019, después de una recaída con presencia de ganglios en el mediastino, comenzó un ciclo de inmunoterapia en el Hospital Madariaga de Posadas. En mayo de 2024, el tratamiento fue modificado debido a la resistencia medicamentosa, en un proceso que continúa con esperanza y optimismo. Alejandro mantiene vivo su sueño de que algún día podrá decir: «Ya está, gané».
Una historia de agradecimiento y esperanza
Desde su primera reacción de tristeza, Alejandro aprendió a transformar el dolor en fuerza. Hoy, agradece cada día que vive, y asegura que sin el cáncer, no sería la persona que es. Su historia es un ejemplo de superación y de cómo una actitud positiva puede transformar las dificultades en aprendizajes y logros insospechados.