El 30 de junio se conmemora el Día de la Prefectura Naval Argentina, una fecha que honra a esta institución fundada en 1810, cuyo origen remonta a los primeros controles portuarios en el país. Desde su creación, la Prefectura ha sido fundamental para mantener el orden y la seguridad en las aguas navegables, desempeñando un papel clave en la historia marítima del país y en la protección de sus recursos naturales y actividades portuarias.
Su historia empezó en el siglo XVIII bajo la dirección de organismos españoles y, tras la Revolución de Mayo, adquirió autonomía con el nombramiento del primer Capitán de Puerto en 1810, en un paso que simbolizó el avance hacia la independencia nacional. A lo largo de los siglos, diversas figuras destacadas de la historia argentina lideraron esta fuerza, que inicialmente se centraba en tareas de policía portuaria, salvamento y control de entrada y salida de embarcaciones, además de tareas educativas y administrativas. En 1882 cambió su denominación a Prefectura Marítima y en 1969 pasó a llamarse Prefectura Naval Argentina, manteniendo su vital función hasta la actualidad.
En su estructura moderna, la Prefectura cumple múltiples roles, desde la seguridad de la navegación y la prevención del orden público, hasta la protección del medio ambiente y la inspección aduanera y sanitaria. Responde al Poder Ejecutivo y posee diferentes departamentos y comandos específicos que aseguran el control, la protección y la conservación del litoral y las actividades marítimas del país, consolidándose como una de las fuerzas más antiguas y respetadas del territorio nacional. Su labor continúa siendo esencial para Argentina, garantizando el desarrollo seguro y sostenible de sus actividades marítimas y portuarias.