El mundo del deporte está de luto por la trágica muerte de Liam Byrne, un destacado campeón británico de salto base, quien falleció a los 24 años mientras practicaba su pasión en los Alpes suizos. La fatalidad ocurrió cuando Byrne se lanzó desde la montaña Gitschen, que se eleva a 2400 metros sobre el nivel del mar. Un desperfecto durante su vuelo lo llevó a impactar contra rocas, provocando su muerte instantánea. Las autoridades suizas se encuentran investigando las circunstancias de este desafortunado accidente.
La familia de Byrne emitió un conmovedor comunicado en el que lo recordaron como un joven valiente, que no dejó que el miedo dominara su vida. “Vivió con una intensidad que muchos solo podemos imaginar, y ahora alcanzó el cielo”, expresaron sus seres queridos, resaltando que el salto base representaba más que un deporte, era una forma de vivir la libertad absoluta. Los que lo conocieron destacan su espíritu audaz y generoso, y aseguran que su recuerdo perdurará en el tiempo, a pesar de su ausencia.
Byrne se convirtió en una figura conocida en el ámbito del salto base e incluso protagonizó un documental titulado “El niño que puede volar”, donde compartió su fascinación por el vuelo desde que era un niño. A los 13 años, le confesó a su padre su deseo de “volar como un pájaro”, y más tarde, a los 18 años, se entregó al vuelo con traje de alas, una actividad que describía como su “segunda piel”. Fue campeón británico en 2022 y alcanzó la velocidad más alta en la categoría avanzada, superando los 200 km/h. Con más de 4000 saltos en su haber, Liam Byrne fue un verdadero pionero de su disciplina, dejando un legado importante en el deporte que tanto amaba.