En el Gran Premio de Austria, McLaren volvió a demostrar su dominio en la Fórmula 1 al conseguir un contundente 1-2, liderado por Lando Norris, quien se consagró campeón de la carrera. Esta victoria marca el cuarto 1-2 de la temporada para la escudería británica, consolidando su posición en la tabla del campeonato con un rendimiento excepcional. La carrera, disputada en el icónico circuito de Spielberg, estuvo llena de tensión y estrategia.
El evento comenzó de manera inesperada, con un caos en la largada cuando Kimi Antonelli, de Mercedes, colisionó con Max Verstappen, lo que permitió que Colapinto y otros competidores avanzaran en la clasificación. A medida que la carrera se desarrollaba, la atención se centró en la creciente competencia entre Norris y su compañero de equipo Oscar Piastri. Sin embargo, McLaren tomó la decisión estratégica de detener a Norris para evitar que la batalla entre los dos pilotos se intensificara, garantizando así un resultado favorable para el equipo y manteniendo el control sobre la carrera.
Esta decisión fue bien recibida, ya que Norris logró establecer una ventaja considerable sobre Piastri después de su detención en boxes. A pesar de la presión que ambos pilotos enfrentaron durante la prueba, los jefes del equipo decidieron gestionar cuidadosamente el ritmo y la estrategia para asegurar el triunfo. Con esta victoria, Norris recortó la diferencia en la clasificación general a 15 puntos respecto a Piastri, lo que promete un emocionante desenlace en la lucha por el campeonato de pilotos. La actuación de McLaren en Austria refuerza su condición de contendiente serio en la temporada.