El Gran Premio de Austria comenzó con un fuerte impacto que dejó a dos pilotos fuera de competencia en una situación que dejó a muchos boquiabiertos. Apenas media vuelta tras el inicio de la carrera, Max Verstappen, el cuádruple campeón del mundo, fue tocado por Kimi Antonelli, el novato de Mercedes, en la curva 3 del circuito de Spielberg. Este incidente, que desató una bandera amarilla, marcó un desenlace prematuro para ambos competidores, generando una ola de reacciones en el ambiente del automovilismo.
El toque entre los dos autos provocó una serie de consecuencias en la carrera. Mientras Verstappen y Antonelli debían abandonar, otros pilotos se beneficiaron de la situación. Franco Colapinto, quien había partido desde la 14° posición, escaló hasta el 11° lugar, lo que le otorgó una oportunidad inesperada en la competencia. A su vez, Carlos Sainz, quien sufría un sobrecalentamiento en su auto, ni siquiera llegó a tomar la salida, lo que complicó aún más el panorama para su equipo.
La furia de Verstappen fue evidente, y no tardó en hacerla pública a través de la radio de su equipo Red Bull, donde expresó su descontento de manera contundente: “Estoy afuera, me golpearon como loco. ¡Idiotas!”. Este tipo de incidentes no solo afecta a los pilotos en la pista, sino que también incide en la clasificación del campeonato, alterando las expectativas y estrategias de los equipos en una temporada ya de por sí emocionante.