En un nuevo episodio del tumultuoso conflicto entre Wanda Nara y Mauro Icardi, la entrega de sus dos hijas, Francesca e Isabella, se complicó en el exclusivo edificio Chateau Libertador. El futbolista, que había recibido autorización judicial para pasar hasta siete días con las menores antes de regresar a Turquía por sus compromisos laborales, esperó durante más de diez horas para poder llevarse a las niñas. La situación escaló al punto de requerir la intervención de la policía y el Ministerio Público Tutelar.
Todo comenzó cuando Icardi arribó al lugar acompañado de sus abogadas. A pesar de los intentos realizados por la licenciada Fernanda Mattera para convencer a las niñas de que se fueran con su padre, la resistencia fue notable, especialmente por parte de Francesca, quien expresó no querer ir. Según informes de medios, la hija mayor alegó que no se sentía en su hogar y mencionó episodios pasados que la habían dejado inquieta.
Luego de largas negociaciones que incluyeron una videollamada con un juez, que intentó establecer un acuerdo, la situación llevó a que la policía tuviera que ser llamada al lugar. Testigos reportaron un despliegue llamativo de patrulleros y ambulancias en el sitio. Finalmente, tras mucha tensión, Mauro Icardi logró salir con sus hijas cerca de las 21:00 horas, y las pequeñas permanecerán a su lado hasta el 4 de julio, cuando tenga que regresar a sus actividades en el Galatasaray.