Las infusiones herbales han sido parte de los rituales cotidianos de distintas culturas a lo largo de la historia. Dependiendo del tipo de hierba, su función varía y aquellas con propiedades medicinales siempre han tenido un lugar especial en el conocimiento popular. En este contexto, el té de boldo se destaca por sus atributos desintoxicantes y digestivos. Endémico de Chile, este arbusto, conocido como Peumus boldus, se ha difundido a lo largo de países como Argentina, Paraguay, Perú, Guatemala y México, donde sus hojas se utilizan para hacer té.
Según la nutricionista Milagros Sympson, los principios activos del boldo, como la boldina y el aceite esencial, son responsables de sus propiedades hepatoprotectoras, antioxidantes y digestivas. Se recomienda consumir té de boldo para tratar problemas estomacales como indigestión, hinchazón y gases, además de proteger el hígado. Este té estimula la producción de jugos gástricos y bilis, lo que facilita la digestión, sobre todo después de comidas pesadas.
El consumo moderado de té de boldo apoya la salud digestiva y posee un efecto diurético que ayuda a eliminar toxinas del organismo, reduciendo la hinchazón general. Además, cuenta con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, protegiendo las células del daño oxidativo. Sin embargo, es crucial tener precauciones, ya que un exceso de consumo puede causar irritación estomacal. Se sugiere no exceder las tres gramos de hojas secas por día y no prolongar el uso más de cuatro semanas consecutivas. Esta infusión está contraindicada para embarazadas, lactantes y personas con ciertas condiciones de salud.